Guía para saber cómo invertir en bolsa
Ahorro e Inversión I 3 de febrero de 2023
Cómo invertir en bolsa
La bolsa o mercado de valores es un mercado organizado, físico o virtual, que pone en contacto a vendedores y compradores de acciones y otros activos financieros, quienes realizan sus transacciones a través de intermediarios autorizados.
La bolsa permite canalizar los fondos de ahorradores (ya sean personas particulares u organizaciones), que buscan rentabilizar su capital, hacia empresas que necesitan financiación.
Si estás pensando en sacar partido a tus ahorros invirtiendo parte de ellos en acciones, en esta guía te contamos los conceptos básicos del mundo bursátil y lo que debes tener en cuenta antes de dar el paso.
Invertir en bolsa significa destinar un capital a la compra de acciones de una empresa, con la intención de obtener una rentabilidad por ellas. Esta rentabilidad puede conseguirse a través del reparto de dividendos (cuando la empresa tiene beneficios y los reparte entre sus accionistas) o aguardando a que el precio de las acciones suba y puedan venderse a un precio mayor al de compra.
Cuando las empresas necesitan fondos para crecer y expandirse, una opción que tienen, en el caso de las sociedades anónimas, es emitir acciones, esto es, títulos que representan una parte de su capital social. Esta emisión se realiza en el mercado primario, en donde la empresa vende al público por primera vez sus acciones y recibe el dinero de los inversores. Después, estas acciones pasan a negociarse en el mercado secundario, donde se compran y venden por los inversores. Este mercado secundario es lo que se conoce como bolsa de valores.
Una sociedad cotizada es una empresa que cotiza en bolsa, es decir, sus acciones están admitidas a negociación en un mercado secundario regulado. Para poder realizar una oferta pública de acciones (OPV), una empresa ha de cumplir ciertos requisitos:
Cuando una sociedad que quiere cotizar en bolsa realiza una oferta pública de acciones (OPV), la entidad que se encarga de colocar sus acciones en el mercado fija un precio inicial para esas acciones. Lo calcula haciendo una valoración económica de la empresa, sus beneficios y las previsiones de crecimientos y beneficios en el futuro, y dividiendo esta valoración entre el número de acciones que se vayan a vender.
Durante el periodo de suscripción los inversores interesados pueden anotarse a la OPV y el precio de la acción puede subir o bajar dentro de una banda de precios indicativa, que se recoge en el folleto informativo de la oferta. Cuando termina el periodo de solicitudes vinculantes de compra, el precio de la acción queda fijado y se admite su negociación en bolsa.
Una vez que las acciones empiecen a negociarse en el mercado bursátil, el precio de estas oscilará en función de la oferta y la demanda, la situación económica de la empresa, la evolución de su sector, la coyuntura económica general o el sentimiento del mercado.
El rendimiento que proporcionen unas acciones proviene de dos vías:
Estos rendimientos no son conocidos ni seguros ni predecibles. Este es el principal riesgo de invertir en acciones. El comportamiento de una acción en el pasado no garantiza cómo será en el futuro. Su valor puede subir o bajar con respecto al precio al que fue comprada por muchas razones. No depende solo de la realidad de la empresa, sino también de otros factores ajenos a ella, como la evolución de su sector, la situación de los mercados y la economía en general, los tipos de interés, la inflación o la confianza de los inversores.
Una forma de medir el riesgo de una acción es conocer su volatilidad, es decir, la variabilidad de la rentabilidad de la acción (cuánto sube y baja su precio) en relación con la media en un periodo determinado. Este parámetro también se mide en comparación con el mercado y con el sector al que pertenece la acción.
Conocido el funcionamiento de los mercados de valores y de las acciones de las sociedades cotizadas, hay otras cuestiones a tomar en consideración antes de empezar a invertir en bolsa. En primer lugar, esta inversión debería enmarcarse en una estrategia de planificación financiera más amplia, que tenga en cuenta otros aspectos de tu economía doméstica, como el control de ingresos y gastos, la reducción del endeudamiento o la creación de un fondo de emergencia para imprevistos. Y entonces sí, podrás invertir en acciones aquel dinero que no vayas a necesitar de manera inmediata.
Antes de tomar una decisión sobre en qué invertir tus ahorros, has de tener claro cuál es tu perfil como inversor. Es decir, qué riesgo estás dispuesto a asumir. ¿Aceptarías tener pérdidas en una inversión? ¿Incluso llegar a perder mucho dinero? ¿O prefieres ganar menos pero tener tu capital invertido en un producto más seguro? El riesgo es un concepto vinculado al rendimiento: a mayor riesgo, mayor rentabilidad, y, por el contrario, productos con menos riesgo ofrecerán rendimientos inferiores.
Para conocer si eres un inversor adverso o propenso al riesgo, responder las siguientes preguntas te servirá de ayuda:
Si recurres a una entidad financiera para que gestione tu cartera de acciones, esta tendrá que realizarte una prueba de idoneidad para poder asesorarte y recomendarte los productos financieros que mejor se adapten a tu perfil. Esta evaluación ahonda en las preguntas anteriores (situación financiera, nivel de formación, conocimientos sobre mercados, experiencia inversora y objetivos de la inversión).
De esta forma, la entidad podrá conocer tu realidad financiera y las finalidades de tu inversión, catalogarte en un determinado perfil inversor (más conservador, más agresivo) y evaluar que tienes los conocimientos y experiencia necesarios para entender las características y riesgos de los activos financieros que vayas a contratar. Con toda la información que proporciona esta prueba, tu entidad podrá hacerte recomendaciones de inversión adaptadas a tu nivel de riesgo.
Conocido tu perfil de inversor y el funcionamiento (y riesgos) de la renta variable, para empezar a invertir en bolsa es necesario abrir una cuenta de valores con un intermediario, que será quien ejecute las órdenes de compra y venta de acciones.
Solo las personas y entidades autorizadas pueden operar en bolsa. Los inversores han de recurrir a empresas de servicios de inversión, como las sociedades y agencias de valores, o a entidades de crédito para que actúen como intermediarios en los mercados bursátiles. La oferta es muy amplia; lo primordial es confirmar que el intermediario financiero está autorizado para prestar servicios de inversión y registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta comprobación se puede realizar desde el buscador de la web de la CNMV.
Las empresas de servicios de inversión prestan diferentes servicios, como:
Por lo que respecta específicamente a la inversión en bolsa, lo que interesa es el servicio de intermediación. El intermediario(broker) recibe las órdenes de compra y venta de su cliente y las transmite. El cliente ha de darle instrucciones precisas: qué acciones quiere comprar o vender, a qué precio, qué cantidad y en qué plazo. Existen dos tipos de órdenes básicas:
Los intermediarios financieros cobran a sus clientes diferentes comisiones por los servicios que les prestan. Estas comisiones consisten en un porcentaje que se aplica sobre el importe de la operación, partiendo de una cantidad mínima. Por ejemplo, al comprar acciones de x empresa por valor de 1.000 euros, pagarás una comisión de intermediación, así como otra de custodia de los títulos.
En estas tarifas se incluyen tanto los gastos propios de los intermediarios (comisiones por intermediación, custodia y administración) como gastos de terceros que intervengan en la operación (comisiones de contratación y liquidación). Estas comisiones reducen la rentabilidad de tus inversiones, por lo que has de tenerlo en cuenta.
La fijación de estas tarifas es libre, así que uno de los aspectos a valorar a la hora de elegir intermediario es conocer sus tarifas y comisiones, para poder compararlas con las de otras empresas de servicios de inversión.
Las mejores decisiones son aquellas que se toman bien informadas, y esto vale también a la hora de invertir en bolsa. La decisión de invertir tus ahorros en uno u otro producto financiero, en una u otra acción, debe hacerse después de estudiar en detalle las opciones disponibles, y comprendiendo muy bien las características y riesgos de la operación. De ahí la importancia de haber analizado antes las metas que quieres alcanzar con tu inversión y tu perfil como inversor, y también el recurrir al asesoramiento de profesionales. Ese cuidado e interés deben mantenerse no solo antes de invertir, sino durante, prestando atención a la evolución de tus acciones, y guiándote por el consejo de expertos en momentos complejos de los mercados.
Una de las principales recomendaciones que te hará cualquier asesor financiero será que diversifiques tus inversiones. Como popularmente se dice, “no pongas los huevos en la misma cesta”; es decir, no pongas tu dinero en un único producto. Esta es una de las principales formas de contrarrestar los riesgos: las posibles pérdidas de determinadas acciones se verán compensadas con los beneficios de otras.
Otra forma de minimizar los riesgos asociados a la renta variable es invertir a medio o largo plazo. Si te planteas tu inversión en bolsa con un objetivo a varios años, es más fácil que las bajadas o subidas momentáneas de la bolsa te afecten menos y, además, podrás aprovechar las ventajas del interés compuesto.
Para poder invertir en bolsa tendrás que firmar un contrato de custodia y administración con el intermediario elegido y abrir con él una cuenta de valores. Esta será el instrumento que utilizarás para la compra y venta de acciones, y deberá estar asociada a una cuenta bancaria, de donde procederá el dinero que se invertirá en la compra de títulos, el pago de las comisiones, y donde se ingresarán los rendimientos de la venta de acciones o procedentes del cobro de dividendos.
Las opciones para invertir en acciones de sociedades cotizadas son amplísimas. Hay empresas de renombre y larga trayectoria, otras cuyo nombre es probable que no te suene, grandes bancos, energéticas, constructoras, telecos o nuevas startups. ¿Qué títulos comprar? Nuevamente el riesgo que estés dispuesto a asumir será uno de los indicadores que te guíe a la hora de seleccionar acciones.
Hay preguntas que te ayudarán a hacer esta selección. Por ejemplo: ¿Es conocida la empresa? ¿Puedes consultar información sobre sus previsiones de crecimiento y beneficios en la prensa especializada? ¿Hay información sobre alguna circunstancia que pudiera hacer subir sus acciones –una compra por parte de otra compañía de mayor tamaño– o bajar su precio –recortes de empleo, contracción de la actividad, etc.–? ¿Suele repartir dividendos? ¿Con qué frecuencia? ¿Cuáles son las expectativas de su sector, país, región geográfica, etc.?
A la hora de comprar unos u otros títulos, no te dejes llevar únicamente por sus rentabilidades históricas. Ten claro que rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.
Finalmente, otra reflexión que debes hacer al comprar acciones es el coste de la operación: ¿qué gastos y comisiones lleva aparejada?
Para invertir en acciones atendiendo a diferentes factores predefinidos. Para los inversores con perfil conservador, estos factores son:
Para aquellos que tienen perfil más dinámico, son:
En estas selecciones hay opciones con rendimientos más limitados y plazos de inversión más largos, y otras con retornos más altos y plazos más cortos.
Aunque no es necesario convertirse en experto en mercados, cualquier inversor minorista debería estar atento a la evolución de las empresas de las que ha comprado acciones. Además de la información que te pueda llegar a través de medios de comunicación especializados, todas las sociedades cotizadas tienen obligación de comunicar a la CNMV aquella información que pueda influir en el valor de sus títulos (juntas de accionistas, cambios en su dirección, operaciones, acuerdos sociales, etc.). Toda esa información está disponible para consultar en la web de la CNMV.
Además de toda esa información pública de las empresas de las que eres accionista, la empresa de servicios de inversión o entidad financiera con la que hayas contratado este servicio de intermediación está obligada a enviarte información con carácter periódico sobre tus inversiones. Con esa información podrás saber si la rentabilidad de la inversión es la esperada, si los títulos cotizan al alza o a la baja, o si se han incrementado los riesgos, por ejemplo.
Con el paso del tiempo, tu perfil inversor seguramente cambiará, ya sea por el mayor conocimiento que tengas de los mercados debido a la experiencia o por otras circunstancias personales (acercarse a la edad de jubilación, cambios en tu situación financiera, etc.). Una persona con un perfil inversor más agresivo puede volverse más conservadora con los años, o, por el contrario, el hecho de que se hayan incrementado tus ingresos y ahorros puede hacerte más favorable a asumir mayores riesgos.
Por ello, si se modifican tus circunstancias, debes comunicarlo a tu asesor financiero o a la entidad que te preste servicios de inversión, para que puedan adaptar sus recomendaciones de inversión a tu nueva realidad.
Como ya hemos comentado anteriormente, a la hora de tomar decisiones de inversión en bolsa es esencial la información y el conocimiento. Pero existe otro factor que no hay que olvidar. Son los denominados sesgos de inversión: mecanismos psicológicos que intervienen en el proceso de decisión y que pueden llevarte a cometer errores. Es importante saber que los sesgos existen y nos influyen y ser consciente de ellos cuando tengas que tomar una decisión sobre tu dinero.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es el organismo que se encarga en España de supervisar los mercados bursátiles y la actividad de todos los que intervienen en ellos. En su web dispone de una sección con información de interés para el inversor, alertas de fraudes y chiringuitos, guías de educación financiera y orientación para inversores particulares o principiantes.
El portal Finanzas para Todos, del Banco de España, es otra web útil para quienes deseen empezar a invertir en bolsa. Ofrece guías, vídeos, cursos y herramientas para mejorar la cultura financiera de los ciudadanos en general y aprender a tomar decisiones de inversión en particular.
En un nivel ya más avanzado, la web de BME Bolsas y Mercados Españoles (el holding que integra las cuatro bolsas de valores de nuestro país) proporciona información actualizada sobre el estado del mercado y los diferentes índices, productos de renta variable y fija o derivados que se negocian en él.
También la web de Asesores Financieros EFPA (la Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros) cuenta con un apartado de divulgación sobre inversión y mercados y otro de educación financiera.
Para seguir ahondando en la inversión en bolsa puedes recurrir a bibliografía especializada. Estos son algunos de los libros más recomendados para iniciarse en la compra de acciones:
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