¿Qué es una cuenta de valores?
AHORRO E INVERSIÓN I 25 de septiembre de 2024
Una cuenta de valores es el instrumento que se utiliza para invertir en bolsa. Sería el equivalente a una cuenta bancaria, pero en vez de almacenar dinero y utilizarse para realizar pagos y cobros, lo que se gestiona a través de la cuenta de valores son acciones y otros activos financieros.
Para poder operar en bolsa es necesario contratar a un intermediario y abrir con él una cuenta de valores. En esta cuenta se depositarán los activos que el inversor vaya adquiriendo y que irán conformando su cartera de inversiones. El broker será quien custodie y administre estos activos financieros del cliente.
Para poder operar con una cuenta de valores es necesario vincularla a una cuenta bancaria. De esta forma, cuando el inversor da las órdenes de compra de acciones u otros títulos en los mercados financieros, será de esa cuenta de donde proceda el dinero que se invierta. De igual modo, cuando venda activos, los ingresos se trasvasarán a la cuenta corriente.
Además, de esta cuenta bancaria vinculada a la cuenta de valores también se obtendrán los fondos para el pago de las comisiones y otros gastos que genere el servicio de intermediación, y se depositarán en ella los dividendos que reporten las acciones, de ser el caso.
Los depósitos son los fondos que el inversor coloca en su cuenta de valores para tener liquidez con la que financiar sus operaciones de compra y venta de activos. El inversor puede depositar fondos en su cuenta de valores mediante transferencias desde su cuenta bancaria y también puede retirarlos, por ejemplo, tras una operación de venta de valores.
La venta de valores que el cliente tenga en su cuenta se realiza a través de órdenes de venta, que el cliente transmite al intermediario, que es quien las ejecuta. Existen diferentes tipos de órdenes, como de mercado, limitadas o por lo mejor, entre otras, en función del precio, el volumen y el tiempo que se establezca para la operación.
Gestionar la cartera implica para el inversor tomar una serie de decisiones sobre qué activos comprar y cuánto dinero invertir en ellos, cuándo vender y cómo diversificar el riesgo inherente a la bolsa. Estas decisiones deberían estar alineadas con su perfil inversor, sus objetivos y el horizonte temporal que se haya marcado.
Básicamente existen dos tipologías de cuentas de valores: las individuales y las ómnibus.
Las cuentas individuales están a nombre de una única persona, física o jurídica. Todas las operaciones que se realizan están bajo su responsabilidad.
Las cuentas ómnibus permiten que varias personas (hasta 15) puedan operar dentro de la misma cuenta. Son utilizadas por familias o empresas para invertir, debido al ahorro de costes que significa.
Una cuenta de valores se puede abrir con una entidad de crédito, una agencia de valores, una sociedad de inversión o un broker online. Para firmar el contrato, el intermediario pedirá una serie de información al cliente, como su identificación, sus datos personales y un número de cuenta bancaria para asociarla a la cuenta de valores. Además, realizará un test de conveniencia para evaluar sus conocimientos financieros. Por último, será necesario realizar un depósito de dinero inicial para comenzar a operar con la cuenta de valores.
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