¿Qué es la eficiencia energética y por qué es importante?
AHORRO E INVERSIÓN I 20 de abril de 2023
¿Eres consciente de cuánta energía se desperdicia a lo largo del día en tu vivienda? ¿Sabes qué deberías tener en cuenta a la hora de comprar un electrodoméstico?
El consumo de energía a nivel mundial crece de manera progresiva y, con ello, además de incrementarse los costes, aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero. Una de las maneras de contribuir a reducir este consumo energético y a favorecer la sostenibilidad del planeta es mediante la eficiencia energética de las viviendas. En este artículo te contamos en qué consiste y cómo calcular la eficiencia energética de tu vivienda.
La eficiencia energética se puede definir como el proceso de optimización del consumo de energía, es decir, usar menos energía para realizar la misma tarea. Por ejemplo, el correcto aislamiento de una vivienda contribuye a un menor gasto en energía para calentarla y/o refrigerarla.
En general, la eficiencia energética está asociada con mejoras cualitativas en la tecnología y el diseño de los productos, bien sea un aparato, un proceso o una instalación, como la vivienda en su conjunto. Se trata, pues, de un concepto cuyo objetivo final es hacer un uso adecuado y eficaz de los recursos disponibles. De esta manera, se reduce la demanda de importaciones de energía, la dependencia de los combustibles fósiles, las emisiones de gases de efecto invernadero y los costes económicos a nivel doméstico.
A este respecto, la Unión Europea (UE), a través de varias directivas europeas, ha establecido un ambicioso objetivo de eficiencia energética para 2030 de al menos el 32,5%, con el fin de reducir el consumo de energía primaria y final.
Con la actual crisis energética y el aumento de los costes de producción de la energía, la eficiencia energética de la vivienda se ha convertido en un reto tanto para los particulares como para los gobiernos. Y es que las viviendas constituyen uno de los mayores consumidores de energía; la calefacción, la refrigeración, la iluminación y el agua caliente sanitaria suponen hasta el 80% de la energía que consumimos.
Es por ello que conseguir una buena eficiencia energética en el hogar te aportará ventajas como:
Por otra parte, mejorar la eficiencia energética en casa también implica superar dos dificultades:
Actualmente, las viviendas suponen un campo importante de mejora a nivel de eficiencia energética, ya que aspectos como la iluminación, la ventilación, la calefacción y la refrigeración son procesos que consumen mucha energía.
Desde 2013 la legislación obliga a que exista un certificado de eficiencia energética en todos los contratos de compraventa o arrendamiento de inmuebles. Este certificado establece siete niveles de clasificación que van desde la A (la más eficiente) a la G (la menos eficiente). Una vivienda eficiente con clasificación energética “A” consume hasta el 90% menos de energía que una con la clasificación “G”. Una vivienda con clasificación “B” consume hasta el 70% menos, mientras que una con la etiqueta “C” lo hace hasta el 35% menos. Pese a estos datos, en España predominan las viviendas ineficientes, ya que la mayoría de ellas tienen una calificación energética E, F o G.
Por otra parte, la UE obliga a implementar en las nuevas viviendas que se construyan distintas medidas para reducir el consumo de energía y hacerlas más sostenibles. Desde el año 2021, todos los edificios de nueva construcción deben ser edificios de energía casi nula (NZEB, nearly zero-emission building). En el caso de los edificios públicos, esta obligatoriedad entró en vigor en 2019. Estos edificios poseen una eficiencia energética muy alta y la cantidad de energía (casi nula o muy baja) que requieren para su funcionamiento debe cubrirse en gran medida con fuentes renovables.
Para el año 2030, la UE se ha propuesto pasar de los actuales edificios de consumo de energía casi nula a edificios de cero emisiones (ZEB, zero-energy building), donde las necesidades energéticas serán cubiertas al 100% por fuentes renovables.
Generalmente, la eficiencia energética de una vivienda se calcula dividiendo la energía consumida entre la superficie útil de la vivienda. A este parámetro se le denomina consumo de energía específico. Sin embargo, los materiales de construcción también “gastan” energía en su fabricación, por lo que el problema se vuelve más complejo y es necesario un enfoque más integral.
La norma ISO 50001, de carácter voluntario, es uno de los principales estándares utilizados. Para ello se emplean diferentes indicadores que miden los consumos de energía (iluminación, ventilación, calefacción, refrigeración y producción de agua caliente) durante un período de tiempo determinado. A mayor intensidad energética que utilicemos en el hogar, menor será la eficiencia.
Los dos principales indicadores de eficiencia energética de una casa son:
El certificado de eficiencia energética es un documento en el que se recoge la información de un edificio con respecto a su consumo energético y las emisiones de CO2 , entre otros aspectos.
El Real Decreto 390/2021 traspone al ordenamiento español la directiva europea relativa a la certificación energética y establece el procedimiento básico para la certificación de eficiencia energética de edificios tanto de nueva construcción como existentes. Este certificado de eficiencia energética establece siete niveles de clasificación de las viviendas, que van desde la “A” (la más eficiente) a la “G” (la menos eficiente). El documento debe ser realizado por un técnico competente y tiene una validez máxima de diez años.
Por otra parte, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) establece las exigencias en materia de eficiencia energética que deben cumplir los sistemas de calefacción, climatización y agua caliente sanitaria con el fin de conseguir un uso racional de la energía. Entre ellas, la utilización de energías renovables, en especial energía solar y biomasa; la incorporación de subsistemas de recuperación de energía y aprovechamiento de energías residuales; o, en el caso de edificios colectivos, la instalación de sistemas obligatorios de contabilización de consumos.
El certificado de eficiencia energética es obligatorio desde el 1 de junio de 2013, por lo que ha de estar presente en cualquier contrato de compraventa o alquiler de inmuebles firmado a partir de esa fecha. El incumplimiento de esta obligación supone una sanción económica, que ha de pagar el propietario, y que va desde los 300 euros de las infracciones leves hasta los 6.000 euros en el caso de infracciones muy graves.
Una vivienda eficiente energéticamente hablando mostrará en su correspondiente certificado energético una calificación alta, cercana a la “A”. Entre los elementos que influyen en esta clasificación se encuentran los siguientes:
Si quieres conseguir que tu vivienda sea aún más energéticamente eficiente, algunas medidas que puedes implementar son:
También ayudarán a este objetivo de mejora de la eficiencia energética la instalación de sistemas de monitorización del consumo energético o la domótica, que permiten conocer en tiempo real el consumo y gestionar de manera más eficiente la iluminación, la climatización, el agua caliente sanitaria, el riego y los electrodomésticos, entre otros.
Conocidas las ventajas de un edificio energéticamente más eficiente, tanto en ahorro económico como en reducción de emisiones de CO2, y las medidas que se pueden tomar para mejorar su calificación energética, una razón de peso para dar el paso y aplicarlas es saber que existen ayudas públicas para cofinanciar estas actuaciones.
En concreto, el Gobierno dispone de un programa de fomento de la mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad de las viviendas, financiado con fondos europeos, que se gestiona a través de las comunidades autónomas. Serán subvencionables las actuaciones que tengan como objetivo reducir la demanda energética anual de calefacción y refrigeración y el consumo de energía primaria no renovable. Con carácter general, estas subvenciones pueden alcanzar los 3.000 euros por vivienda. Tienes más detalles de esta línea de ayudas en este artículo sobre los fondos europeos para reformar tu vivienda.
Y para saber exactamente qué actuaciones de mejora puedes llevar a cabo en tu vivienda o en tu edificio puedes utilizar nuestro simulador de eficiencia energética, que te calculará la eficiencia que podrías alcanzar con cada mejora y su coste aproximado.
Además, si estás interesado en comprar una vivienda sostenible o en rehabilitar la tuya para hacerla más eficiente energéticamente, puedes consultar la oferta de hipotecas verdes.
Al igual que el certificado de eficiencia energética recoge las características energéticas de una vivienda, existe una etiqueta energética para aparatos y electrodomésticos a la venta que consuman energía. De esta manera, el consumidor tiene acceso a información clara y muy visual sobre la eficiencia energética del producto, además de a otras características clave del producto como las emisiones de ruido y calor o el consumo de agua. Y así puede tomar una decisión de compra informada, diferenciando los aparatos que consumen menos energía de los que consumen más.
La etiqueta de eficiencia energética clasifica los electrodomésticos en base a una escala de letras y colores, que va desde la letra “A” y el color verde para los equipos más eficientes, hasta la letra “G” y el color rojo para los menos eficientes.
En Europa, esta etiqueta es obligatoria para frigoríficos y congeladores, lavadoras, secadoras y lavavajillas, horno eléctrico y microondas, y fuentes de luz domésticas (como lámparas y bombillas).
En definitiva, apostar por la eficiencia energética en nuestro hogar mejora nuestro confort, reduce el impacto sobre el medio ambiente y supone un ahorro económico.
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