¿Qué es una pensión no contributiva?

La pensión no contributiva es una prestación económica que perciben en España aquellas personas jubiladas o en situación de invalidez que no han cotizado nunca a la Seguridad Social o no han alcanzado el mínimo de años requeridos para percibir una pensión contributiva.

La finalidad de las pensiones no contributivas es garantizar unos ingresos mínimos a estas personas así como proporcionarles asistencia médica y farmacéutica gratuita. Se financian con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.

Tipos de pensiones no contributivas

En el sistema de la Seguridad Social existen dos tipos de pensiones no contributivas: por invalidez y por jubilación.

Pensión no contributiva por jubilación

La pensión no contributiva por jubilación es la que pueden solicitar personas mayores de 65 años que no han cotizado nunca a la Seguridad Social o bien no han llegado al mínimo de años legalmente exigidos.

Pensión no contributiva por invalidez

La pensión no contributiva por invalidez está destinada a personas de entre 18 y 65 años que cuenten con una discapacidad que sea igual o superior al 65%.

¿Qué requisitos debes cumplir para solicitarla?

Para poder optar a una pensión no contributiva, ya sea de invalidez o de jubilación, los solicitantes deben cumplir un requisito común: no disponer de ingresos suficientes para mantener un mínimo nivel de vida. El umbral de renta o ingresos en 2022 está establecido en 5.899,60 euros anuales por persona. Si la unidad económica de convivencia a la que pertenece el solicitante está formada por más miembros (cónyuge u otros familiares) se establecen otros límites.

Cada una de los dos tipos de pensión exigen cumplir una serie de requisitos específicos:

  • Para la pensión no contributiva de jubilación: tener 65 o más años y residir en territorio español al menos durante un periodo de 10 años (dos de ellos consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud de la pensión).
  • Para la pensión no contributiva de invalidez: tener 18 años o más y menos de 65; haber residido en territorio español al menos durante cinco años (dos de ellos consecutivos y anteriores a la solicitud), y contar con un grado de discapacidad igual o superior al 65%. El derecho a percibir esta pensión no contributiva de invalidez no impide al solicitante seguir ejerciendo una actividad laboral que sea compatible con su discapacidad.

La solicitud de cualquiera de estas pensiones no contributivas se realiza en las oficinas de los Servicios Sociales de las comunidades autónomas, del Imserso o de la Seguridad Social, mientras que de la gestión y el reconocimiento del derecho a percibir este tipo de pensiones se encargan las comunidades autónomas, que tienen transferidas estas competencias. En el caso de Ceuta y Melilla la gestión la lleva directamente el Imserso.

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