Las contraseñas son la base para impedir que otras personas accedan a tu información, cuentas y sistemas. Tener una cultura de contraseñas resistentes es independientemente del tamaño de la empresa.
Estas son las mejores prácticas cuando elijas contraseñas para tu negocio:
Personal, que no se comparte. No se las des a otros, ni las escribas ni las guardes en un sitio de acceso común para que otros las utilicen.
Resistente, que no es fácil de averiguar. Evita números y letras consecutivos (12345, abc123), información personal (nombres de familiares, mascotas, direcciones), fechas significativas (cumpleaños, aniversarios), etc.
Única, que no se usa en varios sitios, cuentas o dispositivos.
Cambia contraseñas predeterminadas
Gran parte de dispositivos y cuentas vienen con contraseñas predeterminadas. En la mayoría de los casos, te piden hacer el cambio después del primer uso, pero a veces no es así, por lo que debes asegurarte de hacerlo. Las contraseñas predeterminadas se encuentran a menudo en la documentación del producto y se pueden encontrar fácilmente en online, por lo que no son seguras.
Utiliza contraseña compuestas por 3 o más palabras consecutivas (passphrases), ya que son fáciles de recordar y más difíciles de descifrar. Recuerda, cuanto más larga sea la contraseña, mejor.
Activa el múltiple factor de autentificación (MFA)
El MFA agrega una capa adicional de seguridad a cuentas y dispositivos, al solicitar un elemento adicional de información, como un código enviado al móvil, la huella dactilar o el reconocimiento facial.
Incluso si una contraseña está comprometida, tener MFA significa que nadie podrá acceder a tu cuenta o dispositivo.
Si tu negocio ofrece servicios online o la posibilidad de crear una cuenta en su sitio web, intenta ofrecer MFA a tus clientes y usuarios, para brindarles esa tranquilidad adicional.