Sé discreto: revela solo lo necesario

En primer lugar, comprueba cuál es la información públicamente disponible sobre tu negocio:

• Utiliza distintos buscadores para ver lo que encuentras online
• Asegúrate de que la información sea precisa y esté actualizada. Si no es así o si encuentras algo que no debería ser de dominio público, contacta con el sitio web para ver cómo actualizarlo o eliminarlo.
• Cuidado con compartir demasiada información interna, los ciberdelincuentes podrían usarlo en su investigación para fraudes.

• Clasificación de datos: clasificar la información de la empresa puede ayudar a entender quién debe y quién no debe tener acceso a ella. Las siguientes etiquetas te pueden servir de referencia: pública, interna y confidencial.
• Manejo de datos: establecer claramente cómo manejar, almacenar y compartir información es otra forma de ayudar a protegerla. Por ejemplo, la información privada cuando se comparta por email debería ir protegida con contraseña y la misma se proporcionará por separado en otro canal como llamada o SMS.
• Redes sociales: una breve guía para empleados sobre cómo hablar online de la empresa, les dará claridad y confianza sobre cómo ser embajadores de la marca.