Quienes tienen un plan de pensiones y están próximos a jubilarse seguramente se preguntarán cómo y cuándo es la mejor manera de rescatar el plan de pensiones. Valorar cuáles serán nuestras necesidades económicas una vez jubilados y conocer el impacto fiscal del rescate del plan de pensiones son las dos cuestiones que hay que tener en cuenta para elegir una u otra forma de rescate.

Un plan de pensiones es un producto de ahorro a largo plazo pensado para generar un ahorro de cara a la jubilación. Su característica, desde el punto de vista fiscal, es su capacidad de desgravación: las aportaciones que se realicen al plan de pensiones reducen la base imponible en la declaración de la renta. Por contra, una vez rescatado el plan de pensiones, las cantidades percibidas serán consideradas como rendimientos del trabajo e incrementarán la base imponible del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) en el año en que realicemos el rescate.

Momentos en que se puede rescatar el plan de pensiones

Lo más común es acceder a los fondos ahorrados a través del plan de pensiones una vez alcanzada la jubilación, pero no es esta la única contingencia en que se puede rescatar el plan. También se puede percibir las cantidades ahorradas en caso de:

  • incapacidad permanente total, absoluta o gran invalidez.
  • fallecimiento del partícipe, lo que genera derechos a favor de sus herederos o beneficiarios.
  • situación de dependencia severa o gran dependencia.

Pero, además, el reglamento que regula los planes y fondos de pensiones contempla una serie de situaciones excepcionales de liquidez, en que se puede acceder a las cantidades ahorradas a través del plan de pensiones:

  • en caso de enfermedad grave.
  • en situación de desempleo de larga duración.
  • en función de la antigüedad de las aportaciones: a partir del 1 de enero de 2025, se podrá disponer de los derechos consolidados que correspondan a aportaciones realizadas que tengan para entonces una antigüedad mínima de 10 años.

Formas de cobro del plan de pensiones

Además de saber cuándo se puede rescatar el plan de pensiones, otra cuestión importante es conocer las diferentes formas de rescate de las cantidades ahorradas. Son cuatro:

  • En forma de capital: El beneficiario percibe el importe total del plan de pensiones de una vez, en un único cobro, bien al momento de producirse la contingencia (por ejemplo, cuando se jubile) bien en una fecha posterior que haya indicado.
  • En forma de rentas: En esta opción recibe una cantidad periódicamente (mensualmente, al trimestre, etc.) según lo haya acordado. Las formas de percibir estas rentas pueden ser de distintos tipos:
  •  Temporales o vitalicias: en el primer caso se perciben durante un determinado número de años mientras que en el segundo se cobran hasta el fallecimiento.
  • De cuantía constante o variable: en la primera opción el beneficiario recibirá siempre la misma cantidad y con la misma periodicidad, mientras que en el caso de ser variable, la cantidad se fijará en función de la evolución de algún índice de referencia.
  • Rentas aseguradas: se contrata un seguro para garantizar el cobro de una cantidad fijada previamente.
  • Rentas reversibles: al fallecer el partícipe del plan de pensiones, las rentas pasan a percibirse por el beneficiario por él indicado.
  • En forma mixta: El beneficiario percibe una parte de sus ahorros en forma de capital y otra en forma de rentas.
  • En forma flexible: El beneficiario decide libremente las fechas y cuantías de las rentas que va a percibir del plan de pensiones, sin una periodicidad prefijada, dentro de las condiciones estipuladas en su contrato de plan de pensiones.

¿Cuál es la mejor forma de rescatar un plan de pensiones?

Conocidas las circunstancias en que se puede rescatar el plan de pensiones, y teniendo claro las diferentes formas de cobrarlo, la gran duda es cuál es la mejor manera de rescatar el plan de pensiones desde el punto de vista de la fiscalidad.

Hay que recordar que las cantidades rescatadas del plan de pensiones habrá que consignarlas en la declaración de la renta. Los ingresos procedentes de un plan de pensiones se consideran rendimientos del trabajo y aumentan la base imponible del IRPF, incrementando los impuestos que tocará pagar.

Según esto, el rescate del plan de pensiones en forma de rentas tiene un impacto fiscal menor que el rescate en forma de capital, puesto que la cantidad por la que se tributará se imputará a diferentes ejercicios. Cobrar de manera periódica una renta procedente de un plan de pensiones implica unos rendimientos menores que si se rescatase todo el plan de una vez, y por tanto el tipo impositivo que se aplicará en cada declaración de la renta será menor.

Con un ejemplo se entiende mejor. Sabiendo que los tramos actuales del IRPF son:

  • Hasta 12.450 €: 19%
  • De 12.451 € hasta 20.200 €: 24%
  • De 20.201 € hasta 35.200 €: 30%
  • De 35.201 € hasta 60.000 €: 37%
  • De 60.001 € hasta 300.000 €: 45%
  • Más de 300.000 €: 47%

Pongamos una persona que tiene un plan de pensiones dotado con 100.000 euros y que acaba de jubilarse, por lo que percibe también una pensión de 21.000 euros anuales. Pues bien, si rescata en forma de capital el importe total de su plan de pensiones, su base imponible en la declaración de la renta del ejercicio en que se produzca el rescate subirá hasta los 121.000 euros, por lo que ese año llegará a tributar en el tramo del 45%. Si, en cambio, decide rescatar el plan de pensiones en forma de rentas, y fija una cantidad de 1.000 euros mensuales, su base imponible será de 33.000 euros (21.000 + 12.000), con lo que lo máximo que tributará será en el tramo del 30%.

Así que habitualmente rescatar el plan de pensiones en forma de rentas será menos gravoso que hacerlo en forma de capital. Pero además, otro factor que hay que valorar a la hora de decantarse por una forma u otra de rescate del plan de pensiones (o bien optar por formas mixtas o variables) es tener muy en cuenta qué otros ingresos tenemos en cada momento (rentas del trabajo, pensión de jubilación, etc.) para comprobar cómo la suma de ambos ingresos influye en el tipo impositivo que se aplica. La idea es intentar ajustar las rentas que se perciben del plan de pensiones en cada ejercicio para que, sumadas junto a otros ingresos, no nos hagan pasar a un tramo superior del IRPF.

Un tercer factor a valorar para decidir cómo hacer el rescate es que, aunque con carácter general las cantidades de un plan de pensiones tributan por el 100% de su importe en el IRPF, si se trata de participaciones con una antigüedad anterior al 31 de diciembre de 2006 y se rescatan en forma de capital, se aplica una reducción del 40% en la base imponible del IRPF. El resto de capital que provenga de aportaciones posteriores a esa fecha ya tributará por el 100%. Para quienes cumplan este requisito puede ser interesante el rescate en forma de capital, sobre todo si no perciben otras rentas al mismo tiempo.

En resumen, conviene analizar los ingresos que se perciban en el momento en que acaezca la contingencia que da lugar al rescate del plan de pensiones, así como los ingresos que se vayan a prever en los siguientes años, para decidir la forma y las cantidades que se van a rescate, de manera que se optimice su tributación.

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