Los fondos de inversión son uno de los instrumentos de inversión más habituales y uno de los motivos, tal vez, es que tienen un tratamiento fiscal favorable. Esto es así porque hasta que no se reembolsan las participaciones que se tienen en un fondo de inversión, no se tributa por ellas. Es decir, no hay que pagar impuestos. Es lo que se conoce como fiscalidad diferida. Los resultados obtenidos por el fondo, sean ganancias o pérdidas, no son percibidos de manera efectiva por el inversor mientras no reembolse sus participaciones.

Si has invertido en fondos o están pensando en hacerlo, sigue leyendo para saber más sobre la fiscalidad de los fondos de inversión.

¿Qué impuesto se paga por los beneficios de un fondo de inversión?

Una vez retiradas las participaciones de un fondo, el pago del impuesto sobre los rendimientos obtenidos por ellas se hace a través de la declaración de la Renta. El rendimiento (positivo o negativo) que hayas obtenido tiene la consideración de ganancia o pérdida patrimonial, y se integra en la base imponible del ahorro en la declaración del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas).

Según la Ley del IRPF, la ganancia o pérdida patrimonial se computará por la diferencia entre el valor de adquisición de las participaciones y el valor de transmisión, determinado por el valor liquidativo aplicable en la fecha en que dicha transmisión o reembolso se produzca.

El impuesto a pagar por las ganancias obtenidas en fondos de inversión es el siguiente: el 19% si estas se sitúan por debajo de los 6.000 euros; el 21%, entre 6.000 y 50.000 euros; y el 23%, por ganancias superiores a los 50.000 euros. Estos porcentajes son válidos para toda España excepto País Vasco y Navarra, cuyos contribuyentes tienen una tributación diferente. En Euskadi se aplican cinco tramos que van desde el 20% hasta un máximo del 25% (este último a partir de 30.000,01 euros) y en Navarra (desde el ejercicio 2018) son cuatro tramos entre el 20% y el 26% (en este último caso para una base liquidable que supere los 15.000 euros).

¿Cuánto se tributa si se obtiene pérdidas en un fondo de inversión?

Pero no en todos los casos se obtienen ganancias de los fondos de inversión. Puede ser que al retirar las participaciones hayas perdido parte del dinero invertido en su día. En este caso, la ley del IRPF permite compensar las pérdidas que se tengan en un fondo con las posibles ganancias que se obtengan en los cuatro años siguientes, en fondos u otros activos (como acciones, por ejemplo).

Otra ventaja fiscal de los fondos es que se pueden compensar pérdidas obtenidas en fondos de inversión con el saldo positivo que se tenga en el otro componente de la base imponible del ahorro, los rendimientos del capital mobiliario, aunque con un límite máximo del 25%. En este apartado se integran intereses que recibas de cuentas bancarias o depósitos, el cobro de dividendos, operaciones de renta fija, etc.

Las compensaciones pueden ser en ambos sentidos; es decir, si el saldo de los rendimientos del capital mobiliario es negativo, también podrá compensarse (hasta un máximo del 25%) con el saldo positivo en las ganancias y pérdidas patrimoniales.

En todo caso, si tras dichas compensaciones el saldo siguiese siendo negativo, la cantidad podría compensarse en los cuatro años siguientes.

Con un par de ejemplos se entiende mejor. Imagínate que has retirado las participaciones que tenías en fondos de inversión, y has ganado por ellas 1.000 euros. En el mismo año has vendido en bolsa acciones de una determinada empresa, y has perdido en esa venta 250 euros. A la hora de hacer la declaración de la Renta compensarás pérdidas y ganancias patrimoniales y tendrás que pagar el impuesto correspondiente al resultado (750 euros).

Segundo ejemplo. Has retirado las participaciones de tus fondos de inversión y has perdido en la operación 500 euros. No has vendido acciones ese año, pero tenías un depósito a plazo fijo que te ha proporcionado un rendimiento de 300 euros. Como se trata de un rendimiento del capital mobiliario, solo podrás compensar un 25% de lo obtenido, es decir, 75 euros. Así, en la declaración del IRPF correspondiente a ese año solo tendrás que pagar impuestos por 225 euros de ganancias, y de las pérdidas obtenidas (recordemos, 500 euros), te quedarán 425 euros para compensar en los siguientes cuatro años.

Deducciones por gastos relacionados con fondos de inversión

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de pagar impuestos por los fondos de inversión es que la Ley del IRPF permite que te deduzcas en la declaración de la Renta los gastos de administración y depósito que te haya cobrado la gestora de tu fondo de inversión.

Fiscalidad de los traspasos

Si no quieres retirar el dinero que has invertido en fondos de inversión y lo que deseas es simplemente mover tu capital de un fondo a otro, tienes que tener en cuenta que no pagarás impuestos por las ganancias obtenidas hasta ese momento. Esta es otra de las ventajas fiscales de los fondos de inversión: los traspasos están exentos de tributación. Recuerda que un traspaso consiste en el reembolso de participaciones de un fondo seguido de una nueva suscripción en otro diferente sin que a efectos fiscales se pierda la antigüedad en el primero.

Régimen fiscal aplicable al fondo de inversión

Además de la tributación a la que estás obligado como partícipe en un fondo de inversión (cuando reembolsas las participaciones) los fondos tienen un régimen fiscal propio. Así, tributan al Impuesto de Sociedades al tipo del 1% anual.Este impuesto, calculado por la sociedad gestora del fondo, se deduce diariamente del valor del fondo de inversión, por lo que el inversor no tiene que hacer ninguna gestión al respecto.

Tarde o temprano, como inversor tendrás que tributar en Hacienda por las ganancias de tus fondos de inversión, pero en tu mano está decidir cuándo te conviene hacerlo. Un asesor fiscal podrá ayudarte a optimizar la tributación de sus fondos.

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