¿Cuál es la diferencia entre leasing y renting?

¿Leasing o renting? Son dos fórmulas de financiación distintas, puede que no tengas claras las diferencias entre una y otra, así que vamos a darte las principales claves de estas dos modalidades que te permiten el alquiler de un vehículo a largo plazo.

Tipo de contrato de alquiler

El leasing o arrendamiento financiero es un contrato de alquiler por un tiempo determinado tras el cual se abre opción de compra o renovación. Aunque empezó como una fórmula de financiación para empresas y autónomos, su uso se ha extendido también a particulares, ofreciéndoles la posibilidad de poder renovar el contrato, alquilar otro vehículo o cerrar su compra al finalizar el contrato inicial. Esta es la principal diferencia con el renting: la posibilidad de comprar el bien cuando el leasing finalice.

El renting, por su parte, es un contrato de alquiler por un espacio de tiempo largo. Si nos centramos en el ámbito de la automoción, la empresa de renting te ofrecerá un contrato en el que figuran las características del vehículo y las condiciones de servicio pactadas. El acuerdo suele especificar el kilometraje anual máximo permitido, los gastos de mantenimiento que están incluidos, las reparaciones que cubre el contrato y un cambio de neumáticos.

Costes del renting y el leasing

Las cuotas que marcan las compañías de renting pueden suponer entre un 15 y un 20% de ahorro con respecto a los precios que podría conseguir el propio cliente, gracias al propio ahorro que consigue la compañía al adquirir los vehículos.

Esas cuotas dependen directamente de los servicios que contrates y del kilometraje, ya que en el contrato aparece estipulado un precio para el kilómetro no consumido y para el excedido, y al final del año se satisface la diferencia. Normalmente se exige un aval por el importe de una o dos cuotas.

El contrato más básico contempla el mantenimiento del vehículo, revisiones oficiales, reparaciones, cambio de piezas, impuestos y cambio de neumáticos al superar determinado número de kilómetros.

En el leasing, la cuota mensual depende del tipo de interés que se aplique a la operación. La compañía ofrece a cada cliente un tipo diferente teniendo en cuenta factores como su solvencia, volumen de negocio, las garantías o riesgo.

Duración: mayor en los contratos de leasing

La normativa actual fija una duración mínima para los contratos de leasing de dos años en mobiliario y 10 en inmobiliario. En ese tiempo no pueden ser cancelados.

El renting es un contrato de naturaleza irrevocable, pero no le aplican los plazos del leasing para la consecución de beneficios fiscales. Habitualmente las compañías de renting establecen un plazo mínimo de 12 meses y uno máximo de 60 meses para sus contratos, mientras que los contratos más habituales son los de 3 y 4 años.

 Leasing: dirigido a la actividad empresarial

El leasing es una fórmula de financiación pensada especialmente para las empresas. A través de esta alternativa pueden disponer de material informático, mobiliario de oficina, maquinaria, locales comerciales y, por supuesto, vehículos. El bien adquirido a través de leasing tiene que estar ligado a la actividad de la empresa o el autónomo. 

Entre sus ventajas están las cuotas de amortización, que se consideran un gasto tributario y, por lo tanto, puedes deducirlas como gasto siempre que esté justificado para la actividad. Otro punto a su favor es que te permite financiar el 100% de la inversión, ya que desde el punto de vista de una entidad financiera es una operación de menor riesgo que la compra.

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