Sistemas de riego más eficientes
PYMES Y NEGOCIOS I 17 de mayo de 2024
La eficiencia puede definirse como la capacidad de utilizar la menor cantidad posible de un recurso para obtener el mejor resultado posible. Este es el motivo por el que, hoy en día, se ha vuelto tan popular.
En este sentido, la eficiencia de los sistemas de riego utilizados en agricultura es especialmente importante. No hay que olvidar que, debido al cambio climático y al incremento de los períodos de sequía, el agua es un recurso cada vez más escaso.
Pero, ¿cuáles son los sistemas de riego más eficientes que existen en la actualidad y cómo se puede saber cuál es el más adecuado? A estas cuestiones vamos a dar respuesta.
Un sistema de riego es un conjunto de estructuras que se encargan de proporcionar agua a las plantas cultivadas dentro de una parcela de terreno. En el caso de los sistemas de riego más eficientes, además, consiguen regar en la medida exacta en la que se necesita y en el momento más adecuado.
Si no existiesen los sistemas de riego, los cultivos dependerían en exclusiva del agua procedente de la lluvia, lo que haría casi imposible controlar la producción, especialmente, en una época de sequía como la que se está viviendo actualmente en muchos lugares de España.
Además, no hay que olvidar que el agua dulce es un recurso finito. Por tanto, los sistemas de riego han de velar por la optimización de su uso y por su máximo aprovechamiento.
Evidentemente, la elección del sistema de riego va a depender del tipo de planta que se quiera cultivar. En estos momentos, las tres opciones más eficientes son las siguientes.
El riego por goteo es una opción muy eficiente, ya que permite controlar con mucha exactitud la cantidad de agua que se proporciona al cultivo. Sin embargo, es posible optimizarlo todavía más si, en lugar de colocar las tuberías en la superficie, se introducen bajo la tierra.
La profundidad a la que se colocan dichas tuberías depende, fundamentalmente, del tipo de planta que se quiera cultivar y de las características de sus raíces, ya que el objetivo de este sistema es proporcionarles el agua directamente. Algo que se traduce en todos estos beneficios:
El riego localizado implica la aplicación de agua en partes determinadas del suelo, empleando para ello caudales a muy baja presión. Es un sistema muy parecido al riego por goteo convencional, ya que las tuberías se colocan en la superficie. Esto es algo que reduce sus costes de instalación y que facilita su aplicación por parte de muchos agricultores.
Respecto a los sistemas de riego anteriores, el riego localizado puede suponer un ahorro de hasta el 60% de agua. Aunque en menor medida que el riego subterráneo, también reduce el riesgo de aparición de enfermedades e incrementa la producción.
Otro de los sistemas de riego que merece una mención especial por su alta eficiencia. Se caracteriza por emplear tubos fabricados con materiales textiles porosos, a través del cual sale el agua que llega al cultivo.
Sin duda, el riego por exudación destaca por su capacidad de adaptarse a todo tipo de huertos sin importar su tamaño, siempre que necesiten de riego continuo. En este tipo de casos, permite ahorrar enormes cantidades de agua y también ayuda a esponjar y a oxigenar el suelo.
La elección del sistema de riego va a depender de varios factores. Los más importantes son los siguientes:
Además, es necesario tener en cuenta los costes de la instalación y el mantenimiento que requerirá el sistema de riego. Todo ello marcará el más adecuado para cada parcela de terreno dedicada al cultivo.
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