Agricultura regenerativa, ¿qué es y por qué es tendencia?
PYMES Y NEGOCIOS I 14 de septiembre de 2023
La agricultura regenerativa es tendencia porque implica un enfoque productivo articulado a partir de un desarrollo sostenible. La creciente sensibilidad climática, la preocupación por reducir el impacto sobre el medio ambiente o la búsqueda de cultivos que favorezcan la mayor calidad de los alimentos hace que se busquen soluciones a los desafíos actuales de la producción agrícola.
En este sentido, el fundamento de la agricultura regenerativa es favorecer prácticas que respeten la biodiversidad e integridad del suelo y constituir así un sistema de explotación que, en lugar de agotar los recursos, favorezca su regeneración.
La agricultura regenerativa aglutina un conjunto de prácticas que se fundamentan en favorecer un sistema productivo que reduzca la degradación del suelo y minimice el impacto sobre el entorno natural. Este enfoque se caracteriza por transitar desde un modelo de explotación y agotamiento de los recursos a otro de regeneración y desarrollo sostenible.
La agricultura regenerativa pretende hacer frente a desafíos medioambientales como el aumento de las temperaturas, la degradación del suelo, la sobreexplotación, el uso excesivo de químicos o la pérdida de biodiversidad. Uno de los grandes retos es, de hecho, la capacidad para mantener condiciones productivas óptimas que permitan el cultivo de productos de calidad.
En cierto sentido, se viene hablando de un cambio de paradigma. Aunque los métodos de cultivo y técnicas propuestas por la agricultura regenerativa se practican de un modo u otro desde hace tiempo, actualmente se pretende hacer hincapié en la necesidad de extender estas prácticas hasta convertirlas en el modo principal de producción. No resulta una tarea fácil, ya que implica generar un sistema sostenible de cultivo de productos y, también, una labor de pedagogía y divulgación que conciencie a productores y consumidores sobre los retos que supone un modelo sostenible a gran escala.
Este tipo de agricultura parte del respeto y el cuidado del suelo: no se trata de sacar el mayor rendimiento posible a costa del impacto ambiental, sino de obtener un producto de calidad sin sacrificar el medio en el que se produce.
En este sentido, estos son los fundamentos principales de la agricultura regenerativa:
En general, practicar la agricultura regenerativa no consiste en renunciar de forma completa al uso de maquinaria, elementos químicos y otras prácticas señaladas anteriormente. De lo que se trata es de incluirlas de forma consciente y razonable dentro de un sistema cuyo objetivo principal es asegurar la calidad del suelo y los alimentos, lo que garantiza la sostenibilidad de los cultivos a largo plazo.
Como se ha comentado, una buena parte de las técnicas desarrolladas para favorecer la agricultura regenerativa no son nuevas, pero sí existe una conciencia creciente sobre las ventajas de su uso.
La rotación de cultivos supone alternar diferentes cultivos en el mismo terreno productivo para mejorar la estructura y composición del suelo: se favorece el aporte de nutrientes y se combate la aparición de determinadas plagas, lo que redunda, así, en una reducción considerable del uso de pesticidas.
La reducción de residuos hace referencia a una práctica destinada a minimizar los desechos a través de un uso eficiente de los recursos y una reducción de la sobreexplotación del terreno. En este sentido, se propone, como alternativa, la reutilización de materiales o el compostaje, que reducen la necesidad de utilizar fertilizantes sintéticos. Mejorar la calidad del suelo y aumentar la biodiversidad resulta fundamental, además, para favorecer la calidad del agua.
Favorecer el uso de cultivos orgánicos implica, como en los casos anteriores, reducir la dependencia de pesticidas y fertilizantes químicos. Se trata, también, de aumentar y mejorar los nutrientes filtrados al suelo y la vegetación, lo que redunda en la calidad de los productos cultivados.
El sistema de cultivos perennes permite prevenir la erosión y mejorar la estructura del suelo. Se busca un sistema de ciclos más largos y raíces más profundas que favorecen la sostenibilidad del suelo y capturan carbono de manera efectiva, contribuyendo a mitigar el cambio climático.
Los beneficios ambientales que ofrecen los cultivos regenerativos pueden resumirse en un punto central: crear un sistema sostenible a largo plazo que permita la regeneración de los recursos. Estos son algunos de los más importantes:
Debe subrayarse, además, que uno de los grandes retos que supone la agricultura regenerativa es que implica cambios más profundos en la estructura productiva.
Supone inversión y, en algunos casos, modificación de las formas de consumo. Las prácticas regenerativas implican un uso responsable del suelo agrícola que exige más tiempo que las prácticas basadas en el uso de químicos, lo que requiere de una creciente concienciación respecto al modelo de disposición de bienes de consumo.
Aunque la agricultura ecológica y la regenerativa comparten un criterio de sostenibilidad en el uso del suelo, el enfoque regenerativo es más profundo y remite a la totalidad del sistema productivo, por ejemplo, favoreciendo la reducción de determinados productos y modificando el modelo de producción en favor de uno sostenible en todas sus dimensiones.
Así, aunque la agricultura ecológica busca también reducir el impacto ambiental, la regenerativa se centra en revitalizar el suelo utilizado, constituyendo un sistema agrícola cuyo objetivo central es mejorar la estructura del mismo y aumentar la biodiversidad.
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