Invernaderos inteligentes, qué son y cómo funcionan
PYMES Y NEGOCIOS I 16 de octubre de 2023
Los invernaderos inteligentes se han convertido en herramientas clave en el sector de la agricultura, reflejo, además, de las oportunidades que ofrece el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
Gracias a ellos, los agricultores tienen la posibilidad de sacar el máximo partido a sus cultivos y de incrementar su producción, así como de mejorar la resiliencia de sus terrenos. Todo ello a partir de datos precisos que permiten tomar las decisiones adecuadas en cada momento.
Pero ¿sabes qué son y cómo funcionan los invernaderos inteligentes? Estas son las dos preguntas que vamos a responder en este artículo.
Un invernadero es un tipo de construcción muy habitual en el mundo de la agricultura. Generalmente, se trata de una estructura metálica cerrada cubierta con una película translúcida de plástico que permite la entrada de los rayos de sol, pero no de la lluvia, del viento o de otros factores climatológicos que podrían ser adversos para la producción.
El objetivo de estas estructuras es reproducir de la forma más fiel posible las condiciones climáticas ideales para el cultivo de un determinado tipo de planta, las cuales no podrían darse en el lugar de manera natural. Poseen el tamaño suficiente como para permitir el trabajo humano en el interior.
Al añadir la etiqueta “inteligente”, a lo que hacemos referencia es a invernaderos capaces de recrear esta situación ambiental idónea para el cultivo de forma autónoma. Para ello, es necesario el uso de sensores, actuadores y sistemas de riego automatizados, así como de un software que se ocupe de gestionarlo todo.
Al reducir al mínimo la intervención humana y actuar con base en datos objetivos y medibles, las probabilidades de tomar en todo momento las decisiones más adecuadas crecen considerablemente. Además, toda la información se puede gestionar de forma remota, por lo que ni siquiera es necesario que el agricultor se encuentre en el mismo lugar que el invernadero inteligente.
Las herramientas básicas de cualquier invernadero inteligente son los sensores. En concreto, se trata de dispositivos electrónicos sensibles a un determinado parámetro como, por ejemplo, la humedad, la radiación ultravioleta o la presencia de nitrógeno en el suelo. Son capaces de detectar ese elemento y, posteriormente, expresarlo en una magnitud de fácil entendimiento para el agricultor.
Estos datos son enviados a un programa informático, que se encarga de determinar si los valores son correctos o no. En caso afirmativo, no hará nada o, como máximo, ejecutará las tareas de mantenimiento establecidas de antemano. En cambio, si no son los adecuados, actuará en consecuencia para subsanar el problema.
¿Cómo exactamente? Pues, por ejemplo, activando el sistema de riego para aportar agua a la tierra y a la planta. De este modo, el agricultor se asegura en todo momento de que las condiciones del interior del invernadero sean las óptimas para el crecimiento del cultivo.
Esto último nos lleva a hablar de las ventajas que ofrecen los invernaderos inteligentes respecto a los convencionales. Son varias:
Como ya sabes, la automatización de los procesos es una de las principales claves que caracterizan a los invernaderos inteligentes y que les permiten ofrecer todas las ventajas citadas anteriormente. Sin embargo, ¿te haces una idea acerca de cuáles son los elementos que se pueden automatizar dentro de ellos? Son los siguientes.
Esta es, sin duda, la tarea que realizan por sí mismos los invernaderos inteligentes y que más agradecen los agricultores, ya que manualmente es la que les implica más tiempo y esfuerzo. Este tipo de estructuras permiten su configuración previa y se activan en caso de detectar que los niveles de humedad han descendido por debajo de lo recomendado.
Sin embargo, no solo es posible automatizar el riego, sino también la aplicación de fertilizantes y nutrientes. Existen elementos de programación que pueden controlarse de forma remota y que proporcionan al instante lo que la planta necesita para crecer.
Muchos tipos de cultivos no pueden permitirse el lujo de pasar varios días sin recibir luz. Sin embargo, hay muchos lugares de nuestro país en los que no es raro que se produzcan este tipo de episodios.
A este respecto, los invernaderos inteligentes monitorizan en tiempo real los índices de radiación ultravioleta y activan o desactivan los sistemas de iluminación artificial equipados en su interior. También pueden actuar abriendo o cerrando las mallas de sombreo o las pantallas térmicas.
Este es el sistema que asegura que en el interior del invernadero siempre se recrearán las condiciones adecuadas para el desarrollo de los cultivos. En este sentido, está formado por una estación meteorológica provista de sus propios sensores, pero también conectada a internet y con información precisa acerca de la previsión meteorológica del lugar.
Esto le permite saber, por ejemplo, que hay previsión de fuertes lluvias, heladas o rachas de viento. Con esos datos en la mano, el agricultor puede ordenar al sistema que cierre los pasos de ventilación o que ejecute cualquier otra acción. Incluso puede configurar de antemano lo que debe hacer si se cumplen determinados parámetros.
Muchos tipos de cultivo de invernadero exigen el uso de sistemas de nebulización que incrementen el porcentaje de humedad relativa ambiental. Esta es una tarea que también realizan de forma automática los invernaderos inteligentes. Del mismo modo, son capaces de activar los sistemas de ventilación en caso de detectar que ha superado los umbrales máximos recomendados.
El dióxido de carbono es un gas imprescindible para que se produzca la fotosíntesis de las plantas. Sin embargo, en un entorno cerrado como es un invernadero, los cultivos tienen muy complicado obtener las cantidades que precisan de manera natural. Este es el motivo por el que hay que proporcionárselo artificialmente.
Evidentemente, los invernaderos inteligentes también son capaces de monitorizar la presencia de este gas en el ambiente y, según los resultados obtenidos, liberar una mayor cantidad o activar la ventilación para reducirlo.
Estamos seguros de que, a estas alturas, ya tienes bastante claro qué es un invernadero inteligente y cómo funciona. Sin embargo, queremos ir un paso más allá, explicándote también cuáles son sus principales características. ¿El motivo? Saber identificarlos de forma más sencilla.
Al igual que sucede con cualquier otro dispositivo inteligente (un altavoz Bluetooth con asistente de voz, un teléfono móvil o un reloj de pulsera, por ejemplo), el invernadero se debe poder controlar de forma remota. Es decir, desde cualquier otro lugar. Esto es posible gracias a que todos los sistemas que lo regulan están conectados a internet.
Esto permite al agricultor acceder a los datos recopilados por los sensores y registrados por los sistemas de monitorización desde cualquier parte. No importa si se trata de un smartphone, de una tablet o de un ordenador portátil o de sobremesa. Pero no solo eso. También tiene la posibilidad de tomar decisiones en tiempo real, aunque no se encuentre en el propio invernadero.
Las instrucciones son enviadas a través de una aplicación o programa informático y llegan inmediatamente al sistema de control del invernadero inteligente. Posteriormente, este es el encargado de activar los elementos que sean necesarios (el sistema de riego, los conductos de ventilación, las mallas de sombra, etc.).
La información recopilada por los sistemas de monitorización es fiable y precisa, por lo que el agricultor puede usarla para tomar las decisiones más convenientes y, con ello, obtener los mejores resultados posibles de sus cultivos. Es decir, puede sacarles el máximo partido de la forma más sencilla y cómoda posible.
Esta es otra característica intrínseca de los cultivos inteligentes. La automatización y la toma de decisiones con base en los datos objetivos recopilados supone un impacto importante en el gasto de recursos eléctricos o de cualquier otro tipo. También en el de agua, que en la actualidad es un elemento especialmente escaso y preciado por las condiciones de sequía que estamos experimentando.
Conseguir que un invernadero sea lo más eficiente posible se traduce, además, en menores costes operativos y, en consecuencia, en mayor rentabilidad. Esta es una de las principales razones por las que la tecnología necesaria para convertir en inteligente un invernadero nunca debe considerarse un gasto, sino una inversión amortizable en períodos relativamente cortos de tiempo.
Esto es todo lo que debes saber acerca de los invernaderos inteligentes. Sin duda, estructuras que cada vez tienen más protagonismo en el sector de la agricultura dados sus importantes beneficios en términos de productividad y eficiencia.
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