Campaña de la vendimia 2024
PYMES Y NEGOCIOS I 30 de septiembre de 2024
Un año más, la campaña de la vendimia ha arrancado en España. En 2024, las previsiones son bastante mejores que en pasadas temporadas en muchos lugares de nuestro país, ya que la sequía parece haber dado un ligero respiro. Sin embargo, también es evidente que la aplicación de nuevas tecnologías está consiguiendo sacar el máximo partido de los recursos disponibles.
La campaña de la vendimia empieza todos los años entre mediados y finales de agosto y se prolonga hasta finales de octubre o principios de noviembre. De hecho, muchos municipios que tienen en este recurso su principal vía de ingresos celebran las conocidas como fiestas de la vendimia a principios del mes de septiembre.
Como es obvio, 2024 no ha sido una excepción. La mayoría de pequeños y grandes productores de vino ya han comenzado los trabajos de cosecha de las uvas, los cuales se prolongarán todavía algunas semanas más.
La campaña de vendimia de 2023 fue la peor de los últimos 20 años. ¿El motivo? La sequía que afectó a gran parte del territorio nacional. Y es que la falta de precipitaciones a lo largo del año no solo retrasó el comienzo de la cosecha, sino que también repercutió en un descenso de las cifras y en un encarecimiento en los precios del vino.
Sin embargo, 2024 ha sido notablemente mejor en términos de lluvia que 2023. Por ello, las previsiones afirman que la producción será un 20% mayor. Los datos que facilitan Cooperativas Agro-alimentarias de España y las organizaciones agrarias Asaja, COAG, UPA y Unión de Uniones vaticinan que la producción en todo el territorio se situará entre los 38 y los 40 millones de hectolitros, frente a los 32 millones del pasado año. Aún teniendo en cuenta que la campaña de la vendimia ya va terminando por el sur de España mientras que en el centro y norte están en plena recogida, ya se puede afirmar que la cosecha está siendo desigual por territorios, incluso dentro de la misma comunidad autónoma.
La sequía está obligando a los agricultores a modernizar sus técnicas con el propósito de maximizar los recursos e incrementar sus resultados en una situación bastante compleja. El mejor ejemplo de ello es la viticultura de precisión.
La viticultura de precisión es un enfoque de gestión cíclico de las operaciones realizadas en los cultivos. Para llevarlo a cabo, se instalan en la plantación diversos sensores que permiten obtener datos precisos sobre la situación de los viñedos.
A partir de esa información, el agricultor puede tomar las mejores decisiones de cara a la producción. No solo a nivel general, sino también de cada viñedo en particular. La monitorización constante de los datos permite optimizar el consumo de agua de la plantación y, además, aplicar tratamientos contra enfermedades y plagas únicamente cuando es necesario. Como es evidente, esto también repercute en una mayor calidad de la uva y en un menor impacto medioambiental.
Todo esto, unido a la adopción de prácticas más sostenibles, como es el caso de los nuevos sistemas de riego y del uso de cubiertas vegetales, están ayudando a incrementar la producción en la época de vendimia, a pesar de la complicada situación que estamos viviendo y de los cada vez mayores requisitos legales.
Los gustos de los consumidores de vino cambian con el paso del tiempo y añaden una dosis extra de presión al sector, que ha de saber adaptarse a ellos. Actualmente, estamos viendo cómo la mayoría de los aficionados a esta bebida prefieren lo que se denominan ‘vinos frescos’ y ‘fáciles de beber’. Casi siempre, con el objetivo de maridar determinados platos.
Por su lado, hay una preferencia creciente hacia los vinos con denominación de origen y autóctonos de un lugar en concreto. Esto está llevando a un auge del enoturismo, ya que los apasionados del vino quieren conocer los lugares en los que se producen, averiguar cómo se elaboran y disfrutarlos de primera mano.
Además, los aficionados al vino cada vez exigen en mayor medida que aquellas bebidas que disfrutan hayan sido obtenidas mediante técnicas sostenibles y respetuosas con el medioambiente. Los espumosos también están cosechando un éxito creciente, si bien es cierto que las variedades más tradicionales de tinto y blanco siguen siendo los referentes.
Prueba de que los consumidores cada vez saben más acerca del vino que consumen es la tendencia por la cual prefieren calidad a cantidad. Es decir, están dispuestos a pagar un poco más a cambio de disfrutar de una bebida que realmente les aporte algo más.
Dicho esto, queda claro que la campaña de la vendimia 2024 puede suponer un punto de inflexión, tras unos años en los que la sequía ha hecho descender la producción de vino. Todavía habrá que esperar a que finalice para obtener los datos oficiales, pero las expectativas son altas para esta campaña.
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