Calendario de siembra: qué plantar según la estación
PYMES Y NEGOCIOS I 10 de diciembre de 2024
A la hora de diseñar la planificación anual de la siembra de los diferentes cultivos, un agricultor debe contemplar no solo la calidad del suelo y las características del mismo, también su localización geográfica y la situación meteorológica a la que se enfrentará en cada estación del año. La razón es que cada cultivo requiere de unas condiciones de humedad y temperatura que serán determinantes para el porvenir de la explotación agraria.
El calendario de siembra es una herramienta imprescindible para los agricultores, especialmente aquellos que empiezan en el sector, ya que indica el momento más adecuado del año para realizar la siembra o plantación de cada cultivo, el trasplante –en caso de que sea necesario– y la recolección. En este sentido, es importante remarcar que cada cultivo tiene sus tiempos, sus plazos, que se deben conocer y respetar para proteger que el conjunto del proceso se realice de manera exitosa.
El calendario de siembra explica cuál es el momento más propicio para llevar a cabo cada fase de un cultivo:
Además, este tipo de calendarios se adaptan a las condiciones meteorológicas y geográficas de cada región, puesto que en la actividad agrícola influyen la calidad de la tierra y los condicionantes del terreno, así como el nivel de precipitaciones y temperaturas de la zona. Todos estos elementos también se recogen en el calendario, de tal manera que los tiempos marcados para cada fase del proceso se adecúen, al máximo, a la realidad del lugar en el que se vaya a realizar la actividad agrícola en cuestión.
Por otra parte, los calendarios de siembra se pueden acompañar con otro en el que se definan las actividades que realizar durante el proceso de cultivo, como el rastrojo, la fertilización o la arada.
Uno de los aspectos más relevantes, antes de proceder a la siembra o plantación, es identificar la mejor estación del año para hacerlo según el tipo de cultivo escogido. En esta línea es importante recordar que existen diferencias entre cada periodo relacionadas, principalmente, con las condiciones climáticas de la región que afectarán, de manera directa, a su crecimiento y maduración.
El invierno, como el verano, es un momento muy agresivo para los cultivos por las condiciones meteorológicas adversas a las que se deberán enfrentar. En este caso, la dureza radica en la bajada del termómetro, especialmente en zonas del interior peninsular.
Por todo ello, la mejor elección será apostar por cultivos que no requieran de un entorno cálido y asuman bien el frío. Este es el caso de los diferentes tipos de coles, los guisantes, los berros o las acelgas.
Una de las ventajas que trae consigo la llegada de la primavera es el comienzo de una época más cálida, en la que la subida de las temperaturas se ve acompañada de lluvias más frecuentes.
Es una época atractiva para sembrar remolachas o patatas en abril, fresas y pepinos en mayo, así como borrajas y albahaca en junio.
El reto del verano, en un país principalmente mediterráneo, son las altas temperaturas que se pueden llegar a alcanzar en esta época del año. Un momento en el que, además, las lluvias no son habituales y, de producirse, suelen hacerlo en forma de fuertes tormentas.
¿Y cómo afecta esto a los cultivos? Pues que es recomendable apostar por aquellos que, de manera natural, tienen una gran resistencia al calor, como es el caso de los tomates y el maíz.
El mayor desafío al que se enfrentan los agricultores en otoño es que el tiempo es verdaderamente imprevisible. Es una estación en la que, en un breve espacio de tiempo, las diferencias de temperatura son notables, sin olvidar que la lluvia tiende a ganar protagonismo en determinadas regiones, especialmente del área mediterránea.
Pero, en términos generales, valorando después las particulares propias de cada lugar, es posible señalar que septiembre es un buen mes para plantar hortalizas como las espinacas o la lechuga, que octubre lo es para los calçots y en noviembre todavía es posible impulsar cultivos con los ajos o alguna de sus variedades.
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