La importancia del agua desalada para el riego agrícola
PYMES Y NEGOCIOS I 13 de agosto de 2024
El cambio climático está traduciéndose en una menor disponibilidad de agua dulce para el riego agrícola. Especialmente en países del sur de Europa, como es el caso de España, que se están viendo afectados por períodos de sequía cada vez más severos.
Esto, unido a la necesidad de cultivar plantas que sirvan para alimentar a la población y al ganado, ha llevado a buscar nuevas formas de obtener agua dulce y potable. El ejemplo más evidente lo ofrece la desalinización. Pero ¿qué es el agua desalada para riego, cómo se obtiene y cuáles son sus ventajas? A estas preguntas y a muchas otras vamos a darles respuesta a continuación.
El agua desalada es el resultado del proceso de desalinización ejecutado sobre el agua del mar o, en su defecto, sobre el agua salobre, que es aquella que posee un nivel de sales minerales disueltas más elevado que el agua dulce, pero más reducida que el agua del mar o de los océanos.
En concreto, el agua desalada es aquella que, originalmente, recibía la consideración de agua salada o salobre. Sin embargo, tras ejercer sobre ella el proceso de desalinización, es apta para el riego o el consumo humano.
¿Cómo se obtiene el agua desalada?
Por norma general, el agua del mar contiene entre 35 y 45 gramos de sales minerales disueltas por litro. Asimismo, esta cifra oscila entre los 3 y los 25 g/l en el agua salobre. Para que sean aptas para el riego o el consumo humano, la cifra debe reducirse por debajo de los 0,5 g/l.
Para conseguirlo, el agua es sometida a un proceso de desalinización en una planta especializada. Generalmente, mediante ósmosis inversa, ya que requiere un menor gasto de energía que el resto de sistemas (evaporación multietapa, evaporación multiefecto en tubos horizontales, electrodiálisis y nanofiltración son algunas de las otras alternativas).
El funcionamiento de la desalación del agua mediante ósmosis inversa consta de las siguientes etapas:
El proceso se repite varias veces hasta conseguir las cifras de mineralización adecuadas para el riego. En algunas ocasiones, el agua es sometida a un proceso de remineralización para hacerla más adecuada para este uso.
Teniendo en cuenta que más del 97% del agua del planeta es salada y que casi el 80% del agua dulce se dedica al riego de cultivos, la desalinización es una opción muy interesante. Sobre todo, durante los períodos de sequía, que son cada vez más habituales. Estas son sus principales ventajas:
Sin embargo, la desalinización del agua también tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, el pago de un determinado coste de producción, que suele oscilar entre los 0,40 y los 0,60 euros por metro cúbico de agua. Además, todos los sistemas de desalinización requieren un consumo relativamente alto de energía, lo que a su vez se traduce en mayores emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero.
El proceso de desalinización del agua de un pozo de riego es el mismo que hemos descrito anteriormente. Es decir, el agricultor deberá llevar a cabo la ósmosis inversa o cualquier otro sistema destinado a tal fin para recuperar los niveles de concentración de sales minerales que hagan el agua apta para este fin.
La calidad del agua para su uso en el riego agrícola se puede determinar a través del estudio de los siguientes factores:
Es decir, por el porcentaje de sales minerales disueltas en el agua. Como dijimos anteriormente, para que sea apta para el riego y para el consumo humano, la concentración ha de ser inferior a los 0,5 g/l.
El término ‘dureza del agua’ hace referencia a la presencia de sales de calcio y magnesio presentes en el líquido. Este valor es muy importante, ya que si es demasiado alto puede impedir que las plantas de los cultivos absorban los nutrientes.
En la mayoría de los casos, el agua de riego debe oscilar entre el pH 5.5 y 6.5. Por debajo de esa cifra, se considera demasiado ácida, lo que puede provocar daños en las estructuras de las plantas. Sin embargo, si se sitúa por encima de la cifra más elevada, será excesivamente alcalina, lo que podría traducirse en problemas para absorber los nutrientes.
El agua desalada es una gran solución para el riego, ya que, de esta manera, se puede utilizar en el cultivo de plantas que alimentarán tanto a la población como al ganado a largo plazo.
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