¿Qué es el testamento vital y para qué sirve?
JUBILACIÓN I 24 de mayo de 2023
El testamento vital, también llamado documento de instrucciones previas o de voluntades anticipadas, es un escrito en el que una persona manifiesta cómo quiere que sea el momento de su muerte.
El objetivo de un testamento vital es que se respete la voluntad de quien lo suscribe, para evitar que sean terceras personas las que decidan (si la afectada ya no puede comunicarse) qué tratamientos médicos ha de recibir cuando se acerque el fin de su vida o qué destino tendrán su cuerpo y sus órganos tras el fallecimiento.
El testamento vital es un documento en el que una persona deja constancia por escrito, con antelación, de los cuidados y el tratamiento que desea recibir en caso de enfermedad terminal o accidente, y del destino de su cuerpo y sus órganos una vez fallezca, si llegado el caso no puede expresar su voluntad por sí misma.
En concreto, y según recoge la Ley 41/2002 básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, a través del documento de instrucciones previas, la persona “manifiesta anticipadamente su voluntad, con objeto de que ésta se cumpla en el momento en que llegue a situaciones en cuyas circunstancias no sea capaz de expresarlos personalmente, sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo o de los órganos del mismo”.
La existencia del testamento vital evita posibles conflictos entre el personal sanitario y los familiares de la persona otorgante a la hora de tomar decisiones respecto a los tratamientos, los cuidados médicos o incluso las circunstancias en las que ha de producirse la muerte. Asimismo, impide que se tomen decisiones con las que el propio paciente no hubiese estado de acuerdo.
Otorgar un testamento vital es algo que se puede hacer en cualquier momento de la vida, siempre que la persona que lo otorgue cumpla los requisitos de ser mayor de edad, capaz y libre (es decir, sin coacciones) y lo haga por escrito.
Un rasgo de las instrucciones previas es que podrán revocarse libremente en cualquier momento posterior a su otorgamiento, dejando también constancia por escrito.
Son las comunidades autónomas las que han regulado el testamento vital, especificando qué información ha de incluir este documento de voluntades anticipadas. Básicamente, la persona ha de precisar sus instrucciones y deseos acerca de:
En este documento de instrucciones previas su otorgante también puede designar a un representante que actúe como interlocutor suyo con el centro médico para garantizar que se cumplan sus voluntades.
La persona que quiera redactar un testamento vital puede hacerlo de varias maneras:
Los testamentos vitales, o más concretamente el documento de instrucciones previas, que es al que se refiere la Ley 41/2002, han de inscribirse en un registro nacional de instrucciones previas. Esto se hace así para asegurar la eficacia en todo el territorio nacional de las voluntades manifestadas por los pacientes, ya que estas se formalizan según lo que disponga la legislación de su respectiva comunidad autónoma.
Hacer un testamento vital es una forma de garantizar que se respeten nuestras decisiones con respecto a temas tan significativos como qué tratamiento médico queremos recibir en caso de sufrir una enfermedad irreversible, o si queremos o no donar nuestros órganos. Gracias al testamento vital podemos asegurar que se cumplan nuestras voluntades en el caso de que, llegado ese momento, nos encontremos impedidos para expresarlas por nosotros mismos.
En realidad, testamento vital, voluntades anticipadas e instrucciones previas son tres formas de referirse a un mismo concepto: dejar constancia por escrito y de manera anticipada de cómo desea una persona que transcurran sus últimos días en caso de que sufra una enfermedad irreversible o un accidente que ya no le haga posible expresar su voluntad.
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