Descubre qué ver en la Costa Brava, una de las joyas del litoral español
AHORRO E INVERSIÓN I 17 de septiembre de 2024
La Costa Brava es uno de los tesoros del litoral español. Ubicada entre Blanes (Girona) y la frontera francesa, a lo largo de ella se encuentran numerosos pueblos que han conservado su esencia tradicional.
Lugares como Cadaqués, Tossa de Mar y Calella de Palafrugell cautivan a los visitantes con sus calles empedradas, casas de pescadores y plazas animadas. Estos pueblos son un verdadero tesoro del patrimonio cultural de la región, donde se puede disfrutar de la gastronomía local, la artesanía y las festividades típicas.
Además de por su belleza natural, la Costa Brava se ha convertido en un destino turístico consolidado, con una amplia oferta de alojamientos, restaurantes y servicios. Desde hoteles de lujo hasta alojamientos rurales, los visitantes pueden encontrar la opción perfecta para disfrutar de unas vacaciones relajantes y llenas de experiencias únicas.
Esta zona del litoral ha sido testigo de una larga y fascinante historia a lo largo de los siglos. Desde los primeros asentamientos humanos en la Prehistoria hasta su transformación en un destino turístico de renombre mundial, la Costa Brava ha experimentado una evolución que refleja la riqueza cultural y natural de esta zona del Mediterráneo.
Con el devenir de los años, la Costa Brava se convirtió en una importante puerta de entrada para diversas civilizaciones mediterráneas. Los griegos y los romanos dejaron su huella en la región, estableciendo asentamientos y ciudades como Empúries, que fue una próspera colonia griega y luego romana.
Durante la Edad Media, vivió el dominio de condes y obispos, quienes construyeron fortalezas y villas amuralladas, como Besalú y Castelló d'Empúries. Además, la presencia judía en la región, especialmente en Girona, dejó un importante legado cultural que aún se puede apreciar en la actualidad.
En los siglos XIX y XX, la Costa Brava experimentó un florecimiento artístico y cultural. El progreso económico de finales del siglo XIX se tradujo en una explosión de arquitectura modernista en ciudades como Olot, mientras que artistas como Salvador Dalí y Joan Miró encontraron inspiración en los paisajes y pueblos de la región.
A principios del siglo XX, la región comenzó a atraer a turistas, que se maravillaban ante la belleza natural y el encanto de sus pueblos pesqueros. A partir de la década de 1950 y 1960, el fenómeno turístico se generalizó, lo que provocó un gran desarrollo urbanístico en algunas localidades.
A lo largo de la Costa Brava, se encuentran numerosos pueblos que han conservado su esencia medieval. Lugares como Besalú, con su impresionante puente románico del siglo XI, y Pals, con sus calles empedradas y casas de piedra, son verdaderos viajes en el tiempo, por lo que son de obligada visita.
Otros sitios imprescindibles son el poblado íbero de Ullastret, con su imponente sistema defensivo, y los restos arqueológicos de Empúries.
Además, la Costa Brava ofrece una naturaleza salvaje y espectacular. El Parque Natural del Cap de Creus, con sus acantilados escarpados y calas escondidas, es un lugar ideal para practicar senderismo y disfrutar de vistas panorámicas. Por otro lado, las Islas Medes, frente a la costa de L'Estartit, son un paraíso para los amantes del buceo, con una rica biodiversidad marina.
Como último ejemplo de qué ver en esta zona, el surrealista Salvador Dalí dejó una huella indeleble en ella. Su casa-museo en Portlligat y el Teatro-Museo Dalí en Figueres son dos de los principales atractivos para los amantes del arte. Además, el Castillo de Púbol, donde Dalí instaló un museo en honor a su esposa Gala, es otro lugar imprescindible para descubrir la vida y obra del genio surrealista.
La Costa Brava es una región repleta de fascinantes leyendas. Una de las más conocidas es la de la Quilla Petrificada de Tossa de Mar.
Según la leyenda, la belleza de la dama del castillo de la Vila Vella de Tossa era tan impresionante que atraía pretendientes de todas partes. Entre ellos se encontraba un apasionado pirata berberisco, quien quedó perdidamente enamorado de la misteriosa dama.
Obsesionado con poder contemplar a su amada, el pirata pasaba día y noche con la mirada fija en el castillo, esperando en vano alguna señal de la dama. Finalmente, cansado de esperar una respuesta que nunca llegaba, el pirata decidió tomar una acción desesperada.
Para no alejarse jamás de su amada, el pirata hundió su barco en la playa que se encuentra debajo del castillo, dándose la nave la vuelta y quedando boca abajo. Pero lo que sucedió a continuación es lo verdaderamente legendario: debido a un extraño hechizo, la quilla del barco, es decir, su parte inferior longitudinal, se convirtió en una enorme roca que aún hoy se puede ver en la costa.
La gente de Tossa asegura que la forma de esta roca es similar a la de un barco dando la vuelta, con la quilla hacia arriba. Se dice que, en las noches de luna llena, aún se puede vislumbrar la silueta del pirata de pie sobre la quilla petrificada, y la de la dama asomada en la Torre del castillo.
Teniendo en cuenta que la Costa Brava ocupa prácticamente la totalidad de la costa de Girona, el precio de la vivienda en esta zona catalana ha experimentado una notable evolución, reflejando su creciente atractivo como destino turístico y residencial.
Durante el boom inmobiliario de principios de los años 2000, los precios de las propiedades en la Costa Brava se dispararon, alcanzando niveles récord. La demanda de segundas residencias, tanto por parte de compradores nacionales como extranjeros, impulsó una frenética actividad constructora que transformó el paisaje de muchas localidades.
Sin embargo, la crisis económica de 2008 golpeó duramente al sector, provocando una caída abrupta de los precios. Muchas promociones quedaron paralizadas y los inversores extranjeros se retiraron del mercado, dejando un panorama de incertidumbre.
A partir de 2013, el mercado inmobiliario de la Costa Brava comenzó a recuperarse gradualmente. La mejora de la situación económica, tanto en España como en los países de origen de los compradores extranjeros, revitalizó la demanda de viviendas en la región.
Actualmente, y según datos de Idealista, el precio medio por metro cuadrado en Girona es de 2.344 euros en junio de 2024, lo que supone un 4,2% más que el mismo mes del año anterior y un 0,2% más que en mayo de 2024.
En los últimos cinco años, ha habido un crecimiento gradual, sin grandes picos o descensos, del precio de la vivienda, pasando de los 2.009 euros por metro cuadrado en junio de 2019 hasta los 2.344 euros este año.
En cuanto al alquiler, si ha habido más altibajos en la evolución del precio de la vivienda. 14 euros era el precio por metro cuadrado en junio de 2024, un 18,2% más que en junio de 2023 y un 5,7% más que en mayo de 2024.
En los últimos cinco años, se han registrado, según datos del informe de precios de Idealista, varios picos en la evolución del precio: el primero en agosto de 2020, cuando alcanzó la cifra de 9,6 euros por metro cuadrado.
El precio fue subiendo de forma muy progresiva y lineal hasta el segundo pico, en julio de 2023, cuando se alcanzaron los 12,7 euros por metro cuadrado.
Valora este artículo
Tu valoración ha sido guardada.
Posts relacionados