¿Cómo invertir en fondos de inversión?
AHORRO E INVERSIÓN I 11 de enero de 2024
Los fondos de inversión son una de las vías de inversión preferidas de muchos ahorradores. Diversificación y gestión profesionalizada son los dos atributos que mejor definen la inversión en fondos de inversión y que explican, en gran parte, el éxito de esta fórmula.
Otra de las ventajas que ha hecho popular la inversión en fondos es su fiscalidad, ya que el partícipe (el inversor) de un fondo sólo tributa cuando realiza un reembolso de las participaciones.
Si quieres conocer más en detalle esta fórmula inversora, sigue leyendo.
Los fondos de inversión son instrumentos de inversión colectiva, que agrupan las aportaciones de los inversores para invertirlas de forma colectiva en activos financieros. La gestión se delega a un equipo especializado y, por ella, los partícipes pagan unas comisiones, que son conocidas previamente y se encuentran dentro de unos rangos que marca la regulación.
La rentabilidad de un fondo de inversión no es fija ni conocida de antemano, sino que dependerá de cómo se comporten los activos financieros en que se invierta el patrimonio del fondo. Como en cualquier otra inversión, la recuperación de lo invertido no está garantizada.
Otro rasgo que caracteriza a los fondos de inversión es su liquidez, ya que las participaciones pueden venderse (reembolsarse) en cualquier momento, puesto que su valor liquidativo (el precio de cada participación) se calcula diariamente.
Para velar por la protección de los inversores, los fondos de inversión están regulados y supervisados. En España, se ocupa de ello la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), aunque la regulación está armonizada a nivel europeo. La regulación establece los límites dentro de los cuales la gestora puede invertir el capital de los partícipes, estableciendo criterios de riesgo, diversificación, liquidez y transparencia. La información más relevante del fondo (política de inversión, comisiones, perfil de riesgo, política de reembolsos, etc.) está recogida en el folleto informativo del fondo, el DFI (Datos Fundamentales para el inversor) un documento público que debe estar disponible para todos los inversores.
Es importante resaltar que un fondo de inversión es un ‘patrimonio separado’, es decir, segregado de la gestora (y de la entidad financiera a la que la gestora pertenezca, si es el caso). Esto significa que tu inversión en el fondo no se ve afectada por la evolución y situación financiera de la gestora o entidad financiera; tan solo por la evolución del precio de los activos en los que invierte el fondo.
Un fondo de inversión es una institución de inversión colectiva conformada por el patrimonio de muchos inversores que una entidad gestora invierte en diferentes productos financieros. Los rendimientos que se obtengan de estas inversiones serán repartidos entre los partícipes proporcionalmente a participación en el fondo.
Los fondos de inversión pueden invertir en diferentes activos y, además, seguir una política inversora determinada, especializada por sectores, geografías o riesgo, entre otros criterios. Por tanto, lo que debería hacer el inversor antes de depositar su dinero en un fondo es seleccionar aquel fondo o fondos que mejor se adapte a sus objetivos y perfil.
En los fondos de inversión intervienen tres figuras:
Los fondos de inversión son administrados por una entidad gestora, que es quien toma las decisiones de inversión y ostenta la representación del fondo, al carecer éste de personalidad jurídica.
La sociedad gestora realiza a diario el control de la gestión y los riesgos, trasladando periódicamente un informe sobre su gestión a los partícipes.
Los fondos de inversión pueden colocar el capital de sus partícipes en una gran variedad de instrumentos financieros. Lo habitual es que se especialicen en un determinado tipo de inversiones (renta fija, variable, etc.), aunque también existen fondos globales que no tienen una política de inversión definida ni aplican porcentajes predeterminados a cada tipo de activos en los que invierten el capital de sus partícipes.
Los fondos de inversión monetarios son fondos que invierten en el mercado monetario, en el que se negocia dinero en efectivo y otros activos, como operaciones de crédito y préstamos, pagarés de empresa o deuda pública, que están considerados como de bajo riesgo y alta liquidez. La duración media de su cartera es igual o inferior a seis meses.
En los fondos de renta fija el patrimonio se invierte principalmente en activos de renta fija, como bonos, obligaciones, letras del tesoro o pagarés, cada uno de ellos con diferentes plazos y con una rentabilidad a vencimiento que, generalmente, es conocida de antemano.
Se consideran fondos de renta variable aquellos que invierten al menos un 75% de su patrimonio en acciones. Dentro de la renta variable, los fondos pueden especializarse según el área geográfica, el sector y la capitalización de las compañías en que se invierte.
Son fondos de inversión que eligen invertir tanto en activos de renta fija como de renta variable. Según la proporción de unos y otros el riesgo asociado al fondo y su potencial rentabilidad será mayor o menor.
Son aquellos fondos que aseguran, a su vencimiento, la recuperación de una parte o el 100% del capital invertido.
Son fondos que se marcan como objetivo, no garantizado, conseguir una determinada rentabilidad en un determinado periodo, atendiendo a un riesgo también preestablecido. Para ello los gestores escogen activos que puedan ofrecer beneficios con independencia de cuál sea la tendencia del mercado.
La operativa de contratación de un fondo de inversión es sencilla, pero requiere conocer previamente algunos conceptos clave.
A la hora de contratar un fondo de inversión necesitarás saber su código ISIN, un código alfanumérico único para cada fondo de inversión (por ejemplo, ES114400444).
El fondo tiene un precio llamado ‘valor liquidativo’ o ‘NAV’. Este es el precio al que se compra o vende una participación del fondo. Se calcula dividiendo el patrimonio del fondo (descontados los gastos y comisiones) entre el número de participaciones existentes. El valor liquidativo se calcula habitualmente de forma diaria, por lo que al introducir una orden, tanto de compra como de venta, no podrás saber a qué precio se está realizando la operación hasta que no se publique el valor liquidativo de ese día (esto suele ocurrir al día siguiente). Por lo tanto, tendrás que utilizar el último NAV disponible como referencia del precio al que estás operando.
Puedes contratar un fondo de inversión tanto por importe (fijando el dinero que quieres invertir en ese fondo) como por número de participaciones. Si eliges esta segunda opción deberás tener en cuenta el valor liquidativo para calcular el importe que vas a necesitar invertir. Recuerda que el importe será aproximado ya que no sabrás el precio de contratación hasta que se ejecute (generalmente a los dos días).
Te lo explicamos con un ejemplo. Imagina que quieres invertir 5.000 euros en un fondo de inversión:
Para invertir 5.000 euros habrás comprado 47,62 participaciones. Como ves, a diferencia de las acciones, se puede operar con decimales y no es necesario redondear a la unidad el número de participaciones.
Te explicamos ahora cómo es la compra de un fondo de inversión por participaciones. Decides comprar 40 participaciones de un fondo de inversión:
La operativa de compra y venta en los fondos de inversiones no es tan rápida como en el caso de las acciones. Por tanto no verás en tu cuenta de valores el nuevo fondo que has comprado o la venta (ni su correspondiente movimiento en la cuenta corriente) hasta pasados uno o dos días.
Por último, cabe reseñar una de las características de los fondos de inversión más interesantes: puedes traspasar las inversiones de uno a otro fondo sin la obligación de tributar en ese momento por la plusvalía o minusvalía generada. Para realizar un traspaso de un fondo a otro tan sólo necesitarás conocer el código ISIN del fondo de inversión de origen y el de destino y seleccionar la opción "traspasar". El traspaso entre fondos de la misma gestora se realiza en un plazo máximo de 5 días hábiles. El traspaso entre fondos de inversión de distintas gestoras es más complejo y puede requerir hasta 8 días hábiles.
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